En Fisiovigo recibimos cada verano pacientes con problemas en sus cervicales por culpa de realizar acrobáticas zambullidas. En este artículo procederemos a enumerar los daños que podemos sufrir en nuestra salud por culpa de estas imprudencias.
Inmersiones de alto riesgo
Si tenemos suerte, los daños producidos no serán tan graves, pero sí molestos, como el temido latigazo cervical. Esta lesión afecta principalmente a los ligamentos, músculos y vértebras del cuello. Es muy común que suceda en accidentes de tráfico, especialmente cuando se produce un choque por detrás, pero también se puede producir por una mala inmersión en el agua.
Medidas preventivas
Desde Fisiovigo queremos concienciar a toda la población en general, especialmente a padres de niños y adolescentes, sobre los peligros que puede entrañar el lanzarse a la piscina de malas maneras. Por ello, con el fin de evitar que surjan problemas cervicales de mayor o menor gravedad, hemos elaborado esta pequeña guía de recomendaciones:
- No sumergirse desde mucha altura. Evitar lanzarse a la piscina desde árboles, balcones u otros espacios.
- Asegurarse de que hay la suficiente profundidad. Jamás tirarse desconociendo la profundidad exacta, ya que si es menor de lo que creemos podremos golpearnos contra el suelo y sufrir una grave lesión.
- Cuidado con los bordillos. Debemos tener especial prudencia con bordillos y zonas mojadas para no resbalar.
- Precaución con toboganes y demás artefactos. En caso de existir este tipo de artilugios, es recomendable que los más pequeños no se acerquen a ellos.